"Debajo están las flores"/ óleo sobre tela/ 89 x 116 cm./ 1989/ serie: El abandono y la pasividad
miércoles, 22 de octubre de 2008
lunes, 20 de octubre de 2008
viernes, 17 de octubre de 2008
MANIFIESTO
Este movimiento está inspirado en normas que tienen una base histórica, a través de las leyes de la naturaleza y la evolución teórico-práctica de ellas. La dignidad del oficio, el respeto por las leyes armónicas y el concepto impresionista de la luz y la atmósfera. El color como mayor atributo de la luz.
Ahondar este lenguaje, en apariencia fácil, pero profundamente complejo en su realización, frente al facilismo y la originalidad a ultranza, cuyos pobres resultados vienen envenenando el gusto por la plástica y el compromiso con su tiempo, entendido éste como un acto a la vez sensible e inteligente, sin el ropaje insustancial de la moda y el consumismo, que les obliga a la improvisación y al golpe bajo.
Reivindicar la luz y el color en el contexto de la revolución impresionista, actualizando su forma y contenido, enriquecido por la experiencia de las sucesivas aportaciones que ha tenido la pintura en lo que va del siglo.
El modo de aplicarlas varía según la naturaleza del artista y así se comprueba una vez más que, en arte no hay progreso sino deslumbrado descubrimiento de procedimientos tan viejos como el mundo.
Reducir el cosmos a un pequeño espacio, será tan neto y potente como el ritmo que conjuga las formas naturales: como la magia de analogías plásticas de ciertos elementos de la tierra, el cielo, el mar o el hombre.
Obras fuertemente intelectualizadas a la vez que profundamente sentidas, que no quieren perder el sentido de la grandeza a favor de pequeños apetitos de éxito circunstancial.
Madrid, 1985
Ahondar este lenguaje, en apariencia fácil, pero profundamente complejo en su realización, frente al facilismo y la originalidad a ultranza, cuyos pobres resultados vienen envenenando el gusto por la plástica y el compromiso con su tiempo, entendido éste como un acto a la vez sensible e inteligente, sin el ropaje insustancial de la moda y el consumismo, que les obliga a la improvisación y al golpe bajo.
Reivindicar la luz y el color en el contexto de la revolución impresionista, actualizando su forma y contenido, enriquecido por la experiencia de las sucesivas aportaciones que ha tenido la pintura en lo que va del siglo.
El modo de aplicarlas varía según la naturaleza del artista y así se comprueba una vez más que, en arte no hay progreso sino deslumbrado descubrimiento de procedimientos tan viejos como el mundo.
Reducir el cosmos a un pequeño espacio, será tan neto y potente como el ritmo que conjuga las formas naturales: como la magia de analogías plásticas de ciertos elementos de la tierra, el cielo, el mar o el hombre.
Obras fuertemente intelectualizadas a la vez que profundamente sentidas, que no quieren perder el sentido de la grandeza a favor de pequeños apetitos de éxito circunstancial.
Madrid, 1985
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